A veces, las estampas que forman parte de un recuerdo van sucediéndose sin que nos demos cuenta, de manera inconsciente. La que traemos hoy aquí, es fruto de la casualidad: un hermano de nuestra hermandad nos hace llegar estas instantáneas curiosas donde se nos presenta la capilla de la Hermandad como una puerta doméstica, de un hogar, con el pliego comercial de la tienda de turno. No, hermano publicista, no es una vivienda, es la Capilla del Nazareno.
Yo interpretaría este gesto desde otro punto de vista. No quiero pensar en que ha sido fruto de un despiste por parte del publicista. Me valdría más la opinión de que es una manera más de reclamar cierta vida de "hogar" tras esa puerta durante todo el año. Una premisa que poco a poco se va alcanzando dentro de nuestras hermandades y que ya planteó en su día nuestro Párroco don Nicomedes Silos en su conferencia dentro de la Semana Cofrade del curso pasado.
Sí, me lo creo, o mejor dicho, me lo quiero creer. Quiero pensar que ha sido por eso. A fin de cuenta, no creo que haya mucho interés comercial por parte de los Residen allí. Lo imaginaba, zanjamos el tema. Ya vemos síntomas del intento de cambio en pro de unas hermandades mucho más permeables y vivas.
En fín... de anécdotas está llena la vida... y la de las hermandades también.